La primera generación de la postguerra tenía diferentes retos que afrontar en Estados Unidos y en Europa, y por tanto los cantautores de uno y otro sitio en los años 50 y 60 tenían diferentes prioridades. En Estados Unidos utilizaban la música como instrumento para denunciar la injusticia y desigualdad de la sociedad, que tenía como epicentro la guerra de Vietnam y la discriminación racial. Mientras tanto en Europa se estaba reconstruyendo el continente tras la destrucción de la II Guerra Mundial y estableciendo las bases para que no volviera a producirse un conflicto similar. La sociedad europea estaba centrada en trabajar duro para conseguir un futuro mejor, y la música de sus cantautores era más poética que crítica, heredera en muchos sentidos de la chanson francesa cuyos textos eran complejos pero raramente combativos. Y donde había una situación social más grave, como en España y Portugal, la censura impedía que la música denunciara las respectivas dictaduras.

En cualquier caso la rebeldía de los años 60 se había apaciguado y en comparación los años 70 fueron pacíficos. El Bob Dylan luchador de los primeros tiempos ahora escribía poesía y los nuevos héroes de la música de autor como James Taylor o Carole King hablaban del amor y la armonía entre las personas como concepto al cual aspirar, no como reacción ante una sociedad injusta. Pero incluso Pete Seeger, uno de los cantautores más radicales del folk revival, decía en el que probablemente sea su tema más conocido que para todo hay un momento, y sin duda los años 70 dejaron algunas de las joyas universales de la música de autor.

Cantautores de los 70

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