Nueva York era el punto de entrada de los inmigrantes a Estados Unidos. Muchos de ellos se quedaron allí y contribuyeron a hacer de la ciudad la más grande del país, y convertirla en un crisol de razas y culturas de todo tipo. En 2010 había un 33% de raza blanca, un 29% de hispanos y un 23% de negros. Los porcentajes han variado a lo largo de los años pero no así la mezcla de influencias, que han hecho de ella un referente cultural en todo el mundo, y una de las capitales de la industria del entretenimiento.

Nueva York es también la capital de la música en Estados Unidos desde principios del siglo XX. Tin Pan Alley fue el principal conglomerado del mundo de productores y compositores de los principios de la era de la música grabada, Broadway se convirtió en el epicentro del teatro musical en los años 20, en sus clubs consolidó su importancia el jazz durante la primera mitad de siglo, fue el centro del punk y la new wave en los 70, y en sus barrios se crearon importantes estilos de música como el doo-wop, el hip-hop o el ejemplo más claro de fusión de culturas: la salsa.

A su importante cultura musical hay que añadir la atracción que la propia ciudad ejerce sobre habitantes de todo el mundo a través del cine.  En Nueva York se ruedan más de 200 películas al año y todo aficionado al cine ha visto en multitud de ocasiones sus calles y monumentos aunque no haya estado nunca allí. Es una de las razones por las que muchos músicos de todo el mundo han plasmado en sus canciones las excelencias y miserias de la ciudad que nunca duerme, algunas de las cuales recordamos aquí.

Canciones de Nueva York

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